Historia β – Memoria de planificación (PEC3)

De más concreto a más general;
de más desordenado a más ordenado.

La verdad es que tengo mi metodología bastante clara. Esto es debido a la cantidad de proyectos que realizo. Es cierto que no para todos he utilizado la misma, pero poco a poco la he ido desarrollando hasta que ahora está bastante clara. Hay varios factores que influyen en el desarrollo de esta planificación del proyecto, y a veces me veo en la obligación de cambiar algún detalle de ella o inventar una solución nueva para que, de algún modo, el proyecto funcione y no “muera” por el camino. 

Los artistas de los vídeos que he comentado previamente de Grid_Spinoza tenían cada uno su propia metodología y, por desgracia, no puedo decir que mi manera de trabajar se ajuste medianamente a la de ninguno de ellos tres. Es cierto que me ha resultado interesante saber sobre más procesos creativos y siempre es enriquecedor conocer la opinión de otra persona que se dedica a hacer un trabajo tan poco reglamentado como es el arte. Cada metodología es distinta, y no hay una más correcta que otra: simplemente hay diversidad. 

Si tuviera que generalizar mi proceso de trabajo diría que es este:

  1. Guardo la idea. Por lo general este paso está muy alejado de la realización en sí del proyecto. A veces la idea viene de un sueño. Lo reflexiono al despertarme, lo ordeno, lo relaciono con el universo que ya he formado previamente (a partir de ahora, Gyerplen) o lo utilizo para enriquecerlo en caso de que no coincida formal o esencialmente con ninguna de sus partes y lo archivo junto al resto de sueños. Otras veces la idea aparece al escuchar espontáneamente una frase descontextualizada en una conversación ajena, por la calle, en una cafetería o haciendo la compra, por ejemplo. Algunas de estas frases son realmente evocadoras o provocan en mí un desbordamiento de pensamientos que suelen desembocar en un personaje, una trama o incluso una historia completa. La otra opción más común es que la idea venga de un nexo entre dos historias. Para que la continuidad de la historia de alguno de los mundos de Gyerplen tengan un sentido lógico o un giro interesante, muchas veces necesito idear cómo se ha llegado de ‘punto A’ a ‘punto B’ siguiendo unas reglas concretas, o necesito caracterizar un lugar, una persona o un mundo a modo explicativo para una posterior historia. Entonces surge la necesidad de crear una trama, tomar o crear unos personajes y escoger un formato junto a sus características técnicas. Esas ideas suelo apuntarlas en el mismo lugar que las anteriores, separadas de los sueños, ya que suelen dar como resultado historias más cortas o mucho más largas (nunca hasta ahora de una longitud media). 
  2. Tomo la idea y la contextualizo. Por lo general, del primer paso al segundo pasan por lo menos un año o dos. En el caso del proyecto que he escogido hacer para esta asignatura, la idea proviene del sueño de la noche del 3 de noviembre de 2016. Quedó tan grabado en mi cabeza que aún a día de hoy me acuerdo de muchos detalles, escenarios y de los tres personajes principales. El anterior proyecto que llevé a cabo (o comencé a llevar a cabo, porque en este momento está en pausa) fue de una idea que se fue desarrollando con el tiempo, tras fijarme a mediados del 2015 en un edificio bajando la cuesta de mi piso en aquel momento hasta el conservatorio: un edificio solo, entre dos solares vacíos, de color violeta y con un posible puesto de conserje siempre vacío. Esa idea se fue gestando poco a poco en mi mente, desarrollando cada uno de los personajes, el formato y la serie de tramas que se cruzan allí. No comencé a planificar seriamente esta historia hasta  el 9 de mayo de este año y no empecé a escribirla hasta junio a pesar de estar trabajando varias horas al día en el proyecto, ya que concretar el lugar temporal de cada uno de los hechos de todos los residentes de un edificio de nueve plantas durante 35 días fue una tarea ardua y tediosa. Lo que suelo hacer con cada una de estas ideas es establecer, según el siguiente orden mundo, país/archipiélago/región, ciudad/pueblo/isla, año, mes, día, personaje/s principal/es. Muchas veces tengo alguno de los datos puestos, debido a que cocinando, yendo a hacer la compra o haciendo alguna otra tarea en la que no soy capaz de concentrarme, se me ocurren detalles que definen esa especie de ficha técnica contextual.
  3. Delimito la trama y pienso en los detalles técnicos. Principalmente mis proyectos tienen una historia narrativa de por medio, independientemente de si son gráficos o textuales, por lo que la trama es indispensable incluso para un dibujo, del mismo modo que la ficha técnica anterior. Entonces es cuando ordeno todos los pensamientos que tengo sobre el proyecto, cada una de las situaciones que un suceso ocasiona, que un personaje vive durante ese tiempo o que es necesario representar por ser esenciales en el desarrollo o en el final. Una vez tengo el final (que, en caso de ser un sueño, suele ser lo que yo esperaba antes de despertarme), decido cuánto recorrer hacia atrás para poner al lector/espectador en situación de entender ese final. Paralelamente a esto comienzan a aparecer detalles técnicos necesarios para el desarrollo del proyecto, como el punto de vista, los temas secundarios, las tramas relacionables o el soporte, incluyendo número de capítulos, de viñetas o de imágenes. 
  4. Detallo exhaustivamente todo lo que tengo que detallar. Paso en vías de desaparición. Con el tiempo, la descripción exhaustiva de cada uno de los capítulos de una historia corta, o todos los detalles a remarcar en un dibujo ha ido desapareciendo, tanto porque a veces puedo hacerlo sobre la marcha como porque otras veces el resultado improvisado es mucho mejor y me ahorro la frustración de tener que modificar un capítulo intermedio por ser incoherente con lo que sé que realmente debo escribir. Del mismo modo, en un dibujo, a la hora de entintar el boceto a veces me encuentro con una composición desproporcionada o con una combinación de colores cuestionable. Por eso este paso, poco a poco, seguramente vaya a ir desapareciendo. Puedo aplicar esto al caso de la planificación de la historia de este proyecto. Conozco de antemano escenas intermedias y el final, que son partes que se quedarán indudablemente donde están, pero he escrito dos planificaciones detalladas y ambas las he descartado al día siguiente. Sin embargo, he empezado a escribir y tengo la sensación de que no necesito tanta planificación para llevar el proyecto por buen camino. Por eso, esta vez prescindiré por completo de una planificación exhaustiva para ver qué tal va el resultado.
  5. Procedo a la realización técnica. Bien sea una historia escrita, un dibujo, un videojuego o un cómic, esta parte siempre se ubicará tras la planificación, una vez tenga claro la envergadura del proyecto y que no queda nada más por detallar. Siempre hay algún punto en el que tengo que hacer esquemas, anotaciones o investigaciones posteriores, por lo que añado tres pequeños subpuntos.
    1. Investigación técnica: Muchas veces tengo que recurrir a referentes para saber cómo expresar algo, dibujar algo o escribir código, por lo que tengo que dedicar su debido tiempo a adquirir esa técnica. A veces no voy a un referente, sino que pruebo opciones hasta que una de ellas me convence.
    2. Investigación conceptual: A pesar de que es algo que trato de mejorar, mi memoria no siempre es lo buena que a mí me gustaría y tengo que recurrir a diversos documentos y folios en los que tengo anotados detalles sobre Gyerplen, los movimientos histórico-sociales de las personas de los diversos mundos y nombres, sistemas de calendario o mapas. A veces incluso tengo que dedicar bastante tiempo en crear uno de estos o esquematizar algunos siglos de progreso o retroceso social. Alguna vez también he decidido recurrir a buscar en internet, en enciclopedias o en libros que tengo por casa conceptos de sociología, medicina o economía. 
    3. Relectura y comprobaciones: Mucho antes de terminar la realización técnica suelo tener que releer todo desde el principio y hacer cambios. A veces los personajes se quedan “mudos”, siento que tengo el control de la historia y los personajes y eso resulta peor que un bloqueo, porque no es que no me ubique dentro de la historia, sino que ya no sé lo que tiene que ocurrir y lo que no tiene que ocurrir aunque esté dentro. Esta es sin duda la parte más frustrante de la realización.
  6. Realizo la corrección anotando las tramas sueltas. Una vez he terminado, además de comprobar que todas las tildes y todos los puntos están en su sitio con la ayuda de una o más personas (que además me aportan su opinión sobre el proyecto), anoto cualquier dato que pueda ser explicado posteriormente, personajes de los que podría hacer diseños dibujados o tramas secundarias que podrían ser continuadas en otra historia o en otro formato aparte. Considero que todo lo que no corresponda a ninguno de los anteriores pasos ya es parte de un proceso siguiente.

En resumen: parto de datos muy concretos, todos ellos desordenados (como una frase, pensamientos, un sueño…), y mi proceso creativo consiste en localizarlos, categorizarlos y unirlos, incorporándolos al puzzle de contextualización que me planteo ir completando poco a poco con el paso del tiempo.